No quería ver esta película porque me gustan los dramas que giran en torno a la sexualidad y la utilizan como late motiv de la historia pero también hay que ser realista y todos sabemos que algo así podría pasar en el mundo actual.
Pero en realidad esta historia no habla de eso sino del "yo", de la forma más pequeña de nuestro ser. Ella afirma desde el principio que es Marina y durante toda la película lucha por mantener esa afirmación sin demostrarlo, sin dramas, sin lágrimas. Maravilla e inspira ver un personaje de esa contención, la misma que han tenido sus creadores para no sacar de quicio este drama. Y es que a pesar de la corriente, la vida sigue...Como decía Soprano? A veces siento pena de mí mismo y, entretanto, un viento me arrastra hacia el cielo". No se puede evitar la corriente pero sí que se puede evitar la pena de ser quien soy. Por eso Marina es una mujer fantástica, es una monstruo en la realidad pero una estrella en el espejo. En el fondo, sabe que la vida es un espejismo, un sueño...tal y como las maravillosas imágenes y banda sonora muestran en "Una mujer fantástica", una realidad mágica.