Tras años de cortometrajes de esta extraña pareja, sus creadores decidieron dar el salto al largo, pero, para sorpresa de todos, no lo hicieron con Wallace y Gromit, sino con gallinas de protagonistas: "Chicken Run: Evasión en la granja", realizada siguiendo la técnica de animacion hecha con plastilina, un meritorio y laborioso trabajo (en un día ruedan 10 segundos de película).

Podemos afirmar que el largometraje no defraurará a los amantes de los excelentes cortos, si bien ciertos aspectos del filme le dan un aire infantil que si fuese suprimido quedaría mejor, aunque es una película pensada para los niños, si bien los adultos serán capaz de valorarla en su correcta medida.

Y como dejamos de lado la pequeña pantalla para zambullirnos en la grande, todo adquiere mayores proporciones (tanto como el hombre-conejo): conocemos a todos los habitantes del pueblo de Wallace y Gromit (genial el párroco), vemos más inventos y creaciones de Wallace, más gags y homenajes al cine (siendo el más evidente el de "King Kong"), y culmina el (largo) metraje con un enfrentamiento propio de aventura cinematográfica.

Y es que, aunque algunos hubiesen preferido que el torpe Wallace y el leal Gromit se quedasen para siempre en las pantallas de sus televisores, no cabe duda de que merecían este salto, y ese reconocimiento que llegó en forma de Oscar a Mejor Película de Animación (frente a dos duras competidoras, que también lo merecían). Sus creadores tenían una deuda pendiente con ellos, y la han saldado con creces.