DANY BOYLE, es de esos directores que para mi parecer en su excesiva y rimbombante puesta en escena no tiene termino medio para el espectador, o lo amas o lo odias, en este caso para mi parecer lo segundo.
Atrás quedaron ya los tiempos de la rompedora TRAINSPOTTING, y de obras mas comerciales que incluso tuvieron gran cantidad de premios, pero en esta ocasión para mi, este film es todo menos una buena película, juegan tanto con el subconsciente, con los sueños, con la hipnosis, etc que acaba dispersando la historia, aburriendo y sinceramente no saber ni lo que nos están contando.
El comienzo prometía otra cosa aunque fuera una mas de atracos perfectos o imperfectos, y tiene su aquel pero va derivando hacia otra cosa, que satura, aburre y nos hace pensar que a los que nos hace falta una sesión hipnótica para borrar de nuestra memoria tamaño despropósito es a nosotros los sufridos espectadores.