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El hombre martillo rating:
8
Film noir. Mystery. Drama Screenwriter Dixon Steele, faced with the odious task of scripting a trashy bestseller, has hat-check girl Mildred Atkinson tell him the story in her own words. Later that night, Mildred is murdered and Steele is a prime suspect; his record of belligerence when angry and his macabre sense of humor tell against him. Fortunately, lovely neighbor Laurel Gray gives him an alibi. Laurel proves to be just what Steele needed, and their ... [+]
Language of the review:
  • es
February 10, 2018
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Dixon “Dix” Steele (Humphrey Bogart), un insolente y famoso guionista en horas bajas con fama de conflictivo, es propuesto para adaptar un mediocre best seller. Para que le explique el argumento, ya que él no ha leído el libro, Dixon invita a su apartamento a la joven Mildred, una chica que trabaja en el club que frecuenta. Con lo que no cuenta el guionista, es que al día siguiente la mujer aparecerá asesinada, convirtiéndose en el principal sospechoso.

En el interrogatorio al que le somete la policía conoce a la testigo Laurel Grey (Gloria Grahame), su nueva y atractiva vecina, quien admite que le “vigila” porque siente una “curiosa atracción al encontrarlo un hombre interesante”. Ella le proporciona una coartada (supuestamente) falsa. A partir de entonces, ambos se enamoran e inician una idílica relación, que se empieza a resquebrajar cuando Laurel descubre la vena violenta de Dixon y empieza a dudar de su inocencia.

Nicholas Ray (Wisconsin, 1911-Nueva York, 1979) fue estudiante de arquitectura, bisexual y adicto al alcohol y las anfetaminas. David Thomson dijo de él que era “el poeta del desencanto de América”. Con En un Lugar Solitario, Ray creó uno de los filmes de cine negro más ambiguos y poéticos que se han rodado; una obra esencial del género que deambula entre el thriller psicológico, el drama romántico, la intriga y un cínico retrato sobre Hollywood. En realidad, es una love story apasionada y torrencial, que roza la patología, en medio de una historia de puro cine negro, la cual acaba de forma muy poco complaciente para el espectador, repleta de pesimismo y amargura feroz.

La trama, con puntos de conexión con Sospecha, de Hitchcock, toca temas escabrosos como el maltrato y la duda y se enriquece con derivaciones morales relacionadas con el acoso que ejercen las “fuerzas oscuras” sobre un crispado escritor de Hollywood, a quien pretenden imputar un crimen que tal vez no haya cometido. En la película también hay lugar para sondear la libertad e ilusión por la vida de un hombre incomprendido, afligido por una crisis personal y profesional e imposibilitado de alcanzar la felicidad debido a sus lastres emocionales. Parece ser que el personaje está inspirado en la figura real del guionista Albert Maltz (1908-1985).

En un Lugar Solitario adapta la novela homónima de Dorothy B. Hughes publicada en 1947. Muy de Bogart y de Ray, la cinta refleja de una manera especial el momento de ambos en el tiempo de su realización. Humphrey Bogart, además de asumir el papel principal, ejerció de productor a través de su propia compañía, Santana Pictures. Absolutamente convincente como Dixon, su ambiguo retrato psicológico, rico en matices, constituye una de las mayores virtudes de la película, enseñando el carácter enérgico y rebelde que tenía el actor en la vida real. Por otro lado, también se evidencia la relación tensa del director con la que entonces era su esposa, Gloria Grahame, que encarna a una mujer disfrazada de falsa femme fatale, enigmática y de elegancia erótica. Como curiosidad, cabe apuntar que Nicholas Ray se divorció de ella justo antes de finalizar el rodaje, casándose después la actriz con el hijo del propio Nicholas, el que había sido su hijastro. Tanto Bogart como Grahame componen, seguramente, las mejores interpretaciones de su carrera.

Elegante y de intensa pulsión dramática, bordada por la excelente fotografía en blanco y negro de Burnett Guffey y con un tratamiento del decorado y el espacio próximo a Fritz Lang, En un Lugar Solitario vuelve a atestiguar la destreza de Nicholas Ray a la hora de captar las sombrías y atormentadas atmósferas del género noir. Su quinto filme, anclado en una época, la de los cincuenta, donde aún se contaban historias estimulantes, es maravilloso. Obra adulta, compleja y muy real, contaminada por la pasión, el deseo y la adversidad.

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