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Spain Spain · Santander
Jonesy rating:
10
Horror In the summer of 1973, four teenagers--Erin, Morgan, Kemper, and Andy--are driving through Texas on a road trip when they pick up a hitchhiker, Pepper, who is on her way to Mexico to score some dope. With Pepper adding to the party atmosphere, the other four decide to join her, but as they're passing through a small town in Travis County, they see a bloody and distraught girl wandering by the side of the road, and after stopping to help ... [+]
Language of the review:
  • es
July 24, 2007
45 of 60 users found this review helpful
A Tobe Hooper le salió un producto en la línea de “La última casa a la izquierda” o “Las colinas tienen ojos” de Craven, con quien compartía un estilo visual cutre de serie B que pretendía procurar un cierto realismo a los hechos, con una introducción que pretendía convencer al público de que lo iba a ver era algo “real”. El resultado fue un film de culto que se ha ido sobrevalorando con el tiempo y cuyas actuaciones son simplemente nefastas, es por ello que estoy convencido de que si a alguna película necesitaba de un remake era precisamente esta. El cambio en la película de Nispel es brutal en comparación a la de Hooper, no sólo por el tiempo transcurrido, sino por cautivadora puesta en escena que sin renunciar al ambiente malsano que sugiere su título contiene una fotografía inhumanamente hermosa que cautiva desde su primer fotograma. Nispel además se beneficia de un reparto formidable, algo que es de agradecer en un film de estas características en donde lo mas habitual es encontrarse con carne de cañón que se limita a gritar al son de la sierra mecánica. Mención especial para el siempre estupendo R. Lee Ermey y su humor negro que convierte su papel en otro clásico despreciable por su falta de humanidad, y que hay que sumar a su ya extensa galería de personajes despóticos. Sin ser especialmente conocidos, los jóvenes se comportan con más moderación de lo tradicional y actúan y reaccionan acorde a lo que va sucediendo, sin exageraciones ni giros absurdos. El caso es que a pesar de ese distanciamiento el director alemán no traiciona a su original, del cual ha sabido aprovechar y extraer sus mejores bazas. Esa américa rural de largas distancias en las que todo es posible y según el cine para nada provechoso, la casa de los horrores filmada magistralmente por el director de fotografía Daniel Pearl que curiosamente fue el responsable del film original (quién lo iba a decir) y también excepcional el score de Steve Jablonsky (“La Isla”) uno de los nombres muy a tener en cuenta para los próximos años. Una obra maestra del cine terror que supera ampliamente a su original y que administra sus armas con sabia cautela, sin caer en la redundancia del gore gratuito, pero sin renunciar al salvajismo que promete su etiqueta.
Jonesy
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