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Luis Guillermo Cardona rating:
8
Language of the review:
  • es
February 9, 2012
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Tras el desmembramiento de la Unión Soviética, se produjo la primera guerra separatista de Chechenia (1994-1996), la cual contó con una fuerte oposición del gobierno ruso y significó uno de los más sangrientos episodios del fin de siglo. En ese último año, un destacamento checheno que invade la frontera de Ingushetia, se resguarda en un hospital psiquiátrico y los internos terminan haciendo parte de aquel conflicto en el que han sido abandonados mientras los médicos huyen en busca de ayuda.

Al director Andrei Konchalovsky, le viene de perlas este hecho, porque puede hacer así una metáfora sutil y discreta, poniendo lo que quiere decir en boca de “enfermos mentales” (a quienes “nadie” toma en serio) y mostrando hechos que, por lo extravagantes y aviesos, pueden tomarse como una simple broma en la que nadie debe sentirse herido.

Pero, quienes conocen un poco al director ruso, afincado ahora en los EEUU, saben que es un hombre pacifista, que rechaza los imperialismos vengan de donde vengan, y que se pregunta como León Tolstoi y como muchos de nosotros: “¿Por qué un hombre se alegra cuando mata a otro?, ¿De qué tiene que alegrarse?”. Y así, “LA CASA DE LOS ENGAÑOS”, realizada en coproducción entre Rusia y Francia, hace encomio de la razón, la solidaridad y la ternura que se da entre los enfermos mentales (peyorativamente llamados locos), y el mayor desquiciamiento que emana de los que a sí mismos se llaman lúcidos y racionales, quienes son capaces de herir, torturar y asesinar a civiles, mujeres, niños y ancianos en busca de poder o de riqueza.

Konchalovsky deja en claro que lo que se está dando es una guerra entre hermanos, que entre los soldados hay un montón de gente buena que no merece la muerte, y que él cree en la causa de los chechenos quienes ansían su independencia del imperio ruso.

Emotiva y brillante actuación de Yuliya Vysotskaya (esposa del director desde 1998 y con quien volverá a aparecer en “El león en invierno” y “El cascanueces”), cuya caracterización de Janna contiene la calidez y la plena esencia de la enfermedad mental, cuyo mayor reclamo es el Amor. Y esa canción de Bryan Adams “Have you ever really loved a woman”, sumada a su visión física en los anhelos de Janna, redunda en un tono poético y romántico que embellece este filme, sin duda muy cálido y significativo. Más que merecido su León de oro en el festival de Venecia.
Luis Guillermo Cardona
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