Una artista de vanguardia recibe un paquete con un manuscrito escrito por su exmarido. Con ese arranque, se nos muestra un thriller poco convencional, que usa dos armas para conseguir engancharnos como espectadores: tres tiempos narrativos (el pasado, el presente y el relato del manuscrito) que se van sucediendo para ir explicándonos una historia oscura, y el elenco de actores que está espectacular (especialmente Jake Gyllenhaal, Amy Adams y Michael Shannon). La dirección de Tom Ford tiene puntos en los que recuerda a Lynch, por las imágenes poco convencionales que chocan al espectador y un tratamiento muy detallista de la fotografía, fría en las partes que la protagonista se mueve por el mundo de galerías de arte y fiestas y más crudo y real en el relato ficticio (precisamente como crítica a la artificialidad de la vida en la que vive la protagonista). Se le puede achacar no ser más punzante en la crítica a ese mundo de riqueza y pomposidad y también que el relato en cierto momento se deja entrever demasiado por donde irá y se pueden intuir los sucesos. Aun así, no da tregua al espectador y huye de los típicos relatos de cine negro. Una gran película.

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