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Natxo Borràs rating:
5
Sci-Fi. Horror Tony's father Sam, abducted by aliens three years earlier, returns to earth and seeks out his wife and son, but Rachel has since been living with Joe and the reunion is awkward. Joe doesn't trust Sam, and Rachel can't quite decide what her feelings are for her two men. Sam is not the same as when he left, and he begins affecting Tony in frightening ways.
Language of the review:
  • es
October 31, 2010
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El londinense Harry Bramley Davenport le ocurrió lo mismo que a Don Coscarelli con su franquicia de “Fantasma”. La filmografia de éste inglés básicamente se basa en “XTRO” y sus continuaciones, las cuales más disparatas e infumables que el cine de Ciencia-Ficción con elementos de Terror haya deparado nunca al consumidor, especialmente para el entonces ávido devorador de videoclubes.

Un comienzo usual en el que vemos a una alegre familia en el campo. Pero de repente Sam, el padre, (Philip Sayer) es abducido por una nave extraterrestre ante los aterrorizados ojos de su hijo Tony (Simon Nash) poco después de que Rachel la madre, (Bernice Stegers) se haya ido de compras. Tres años más tarde y sin creer en el testimonio del niño, Rachel vive con un fotógrafo (Danny Brainin) e intenta rehacer su vida sin creer en el testimonio de Tony, convencida de que Sam les abandonó a ambos. Pero éste reaparece de repente e intenta ganarse la confianza de su hijo, aunque ya no es el padre de antaño.

El film goza de momentos más que interesantes y que rozan el surrealismo; la imaginería de Tony; la generosa presencia de una niñera Maryam d´Abo al desnudo antes de ser chica Bond en “Alta Tensión” (Living Daylights, 1988) o la irrupción de un gigantesco geyperman dispuesto a convertirse en el guardián protector de Tony, con el permiso de un insoportable payaso, interpretado por el actor Peter Mandell. Es en esa segunda mitad del film, que los elementos de Ciencia-Ficción pasan a un segundo plano, relevados por una claustrofóbica ambientación del apartamento (las secuencias del capullo en la bañera) donde reside la familia adquiriendo una atmósfera gótica y asfixiante que nos lleva a recordar cintas como “La Semilla del Diablo” (Rosemary´s Baby, 1967) de Roman Polanski y “Alien, el Octavo Pasajero” (Alien, 1979) de Ridley Scott. Pero el resultado de su conjunto, se salvan algunos momentos en el empleo de efectos especiales, no llega a más.
Natxo Borràs
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