Co-producción hispano-francesa (con un guión, escrito entre otros, por Enrique Urbizu) a partir de una de las novelas más conocidas de Arturo Pérez-Reverte, “El Club Dumas”, en la que Roman Polanski (El Baile de los Vampiros) adaptó contando con la participación de Johnny Depp como actor principal y que se mete bajo la piel del tasador y especialista en libros antiguos Damien Corso. Su colaboración en la búsqueda de unos ejemplares en las que el mismo Lucifer podía haber escrito en sus páginas es el reto que le llevará desde Estados Unidos, a Portugal, España y Francia. Contratado por Boris Balkan (Frank Langella) un editor multimillonario obsesionado con los ritos ocultos y todo en lo que concierne a Satán y la brujería, Corso se verá envuelto en una espiral de persecuciones, asesinatos y encuentros con “femmes fatales” (desde una pérfida Lena Olin a una “angelical” Emmanuelle Seigner).

No es de lo mejor que Polanski haya ofrecido a su público pero tampoco es un producto que roce la mediocridad. El director de “La Semilla del Diablo” juega con sus cartas y con un tema que le interesa (siempre añadiéndole ciertas dosis de humor negro, enfatizados en el personaje de Johnny Depp, llevado por el peligro y la torpeza a la vez).