Esta revisitación de "La Odisea" de Homero dirigida por el responsable de "El Paciente Inglés" mezcla amor y aventura en el marco de la Guerra Civil Americana que enfrentó Norte y Sur, yankees contra sureños separando el destino de la pareja protagonista; el granjero Inman (Jude Law) y la acomodada Ada Monroe (Nicole Kidman). Ambos se conocen con la llegada de la chica a Cold Mountain, un vasto, tranquilo y verde valle. La chica va acompañada de su padre, un reverendo con problemas de salud (Donald Sutherland) y que ha comprado parte de los terrenos del lugar para establecerse y hacer mejor vida. La atracción entre Inman y Ada irá creciendo hasta que estalla la Guerra y la separación es inevitable. Al poco tiempo Inman, herido en el cuello, deserta de las filas y empieza un periplo para recorrer el país y volver en brazos de Ada. En Cold Mountain las milicias del Sur sembran el terror contra los desertores de sus tropas y con los quién les dan cobijo. Ada recibe la ayuda de la decidida y trabajadora Ruby (Renée Zellweger) para tirar adelante en las tareas de la casa y el campo.

Con aires de "Lo que el Viento se Llevó", Anthony Minghella ha elaborado un fresco paisajístico con ecos de melodrama y cine de aventuras situando unas fechas históricas idóneas para este tipo de productos e hinchándolo con un sentido de la épica demoledor para ofrecernos un extenso film de resultado idóneo con aroma de Óscar. El reparto ya es de por si atractivo y entre los secundarios cabe destacar la presencia de la veterana Kathy Baker, Melora Walters (habitual en los primeros films de Paul T. Anderson) o los irlandeses Brendan Gleeson y Cillian Murphy.