Una película en que cada escena desde el principio tiene importancia y ayuda a re interpretarla al final. Todo lo que parece obvio o vulgar al principio cobra una importancia singular al final por lo que un espectador agudo querrá verla de nuevo. Es importante destacar que no es una película de amor, ni de suspenso, ni de horror, ni catástrofe, ni de búsquedas de culpables. Es una película para un público inteligente que gusta del cine diferente y especial, no pochoclero, que da lugar al intercambio de ideas y genera una interesante reflexión que nos toca a todos. Lo que menos me gustó fue el timbre chillón de la voz de la protagonista que no se condice con su belleza física que luce con primeros planos de su bello rostro. Bien los textos, ni una palabra de mas ni una palabra de menos.