La crisis de los 40 hace carne en un grupo de 4 profesores de secundaria, que deciden poner a prueba la sorprendente teoría del psiquiatra Finn Skårderud. Este médico noruego explica que los humanos nacen con cierto déficit de alcohol en sangre y que para alcanzar su plenitud deben mantenerse bebiendo durante su rutina diaria. Disparatada si cabe, esta será la excusa para un experimento lúdico capaz de romper con las constantes frustraciones de la vida cotidiana de nuestros protagonistas.
Allí emerge el personaje de Martin, un profesor de historia interpretado por Mads Mikkelsen, quien ha perdido la pasión por la enseñanza y que al mismo tiempo, ve como se resquebraja su relación matrimonial. Si bien Vinterberg trabaja cierta coralidad en el desarrollo de los personajes, es Mikkelsen quien lleva el peso de la historia realizando una performance absolutamente brillante.
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Es muy interesante como en "Another Round" el alcohol trasciende al punto de ocupar la centralidad de la película. Funciona como un elixir para despertar todo aquello que aparece reprimido. Pequeñas grietas en el superyo, donde resurge una potencia liberadora que el tiempo y la edad han sepultado por completo.
Frente a la adultez, que parece haber obturado completamente el deseo de vitalidad, Vinterberg nos ofrece opciones de escape para canalizar la energía que producen nuestros cuerpos. Aunque sea momentáneo, son instantes donde los personajes parecen vivir libremente. Donde la realidad fría y mediocre se disipa y donde la quietud desaparece.
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Con mucho del existencialismo propio de Kierkegaard (citado inclusive), "Another Round" nos propone vivir ese juego angustiante, de estar arrojados en un mundo sin saber para donde disparar. De tener que cargar con el peso de la libertad y las decisiones sin estar preparados para ello.
¿Será acaso "un salto de fé" lo que nos propone Vinterberg en ese cierre magistral al ritmo de "What a life" de Scarlet Pleasure?.
Es tiempo de descubrirlo.