Sin duda, la fama se sube a la cabeza, máxime cuando hay un montón de soplagaitas a tu alrededor diciendo “Oye, chaval, ¡qué bueno lo tuyo!”. Pues nada, al señor Tarantino, otrora director de películas, se le ha ido la olla con tanta adulación, tanto halago y tanto homenaje a la serie Z, y ya ni buenos guiones hace. Parece mentira que el director de “Reservoir dogs”, “Pulp fiction” o “Jackie Brown” sea el mismo que ha perpetrado este engendro, y mira que ya nos iba avisando con los “Kill Bill”, pero ni así se lo termina uno de creer.

Aburrida hasta en las escenas de acción, con un guión que no merece siquiera ese nombre -¿cuánto le ocupó, medio folio?-, ni siquiera la selección musical está a la altura de lo que suele ofrecer; lo único que se salva es Kurt Russell, que lo mismo está para un roto que para un descosido.

Por favor, que alguien le diga a este hombre que no todo lo que cogía polvo en las estanterías del video-club donde trabajaba era una obra maestra incomprendida. ¿Qué será lo siguiente, “Supervixens”, “Killer Barbies”…?