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TOM REGAN rating:
10
7.9
36,120
Drama
18th century rural Ireland. After his father is killed in a duel, Barry Lyndon lives with his mother. He is in love with his cousin, Nora Brady, but she gets engaged to the British Captain John Quin. Barry challenges him for a duel. He wins and escapes to Dublin. Since then, he will have a wandering life in his pursuit of nobility.
Language of the review:
- es
September 13, 2013
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151/18(27/08/13) Stanley Kubrick con esta Obra Maestra tocó la cima del sibaritismo, clásico imperecedero, hito fílmico incomparable con nada hecho hasta entonces. Influyente como todo el cine de SK, el mayor fresco de la época jamás filmado, épica que sigue los avatares de Redmond Barry como vehículo transmisor de la superficialidad y decadencia de este microcosmos, son lienzos de una belleza pictórica Icónica en el Cine, adornado por un repertorio de música clásica apabullante. Fue el mayor fracaso comercial de SK, con grandes pérdidas para la Warner, el tiempo, juez imperturbable la ha colocado en el Olimpo que se merece.
Seguimos a un buscavidas del SXVII, al comienzo es un inocente idealista, movido por el amor puro, pasan los años y se torna en ambicioso y codicioso, buscará hacerse sitio entre la nobleza, tendrá una odisea vital de subidas y bajadas, intentará aprovechar sus oportunidades, tendrá duelos, estará en el ejército inglés, combatirá en Europa en la Guerra de los 7 años franco-prusiana, desertará, estará en el ejército prusiano, será espía, jugador de fortuna, se casará con una viuda rica, y más, mostrándonos un mosaico de esta fútil época.
SK ofrece un MAGNO fresco de un tiempo decadente, una puesta en escena refulgente, muchas escenas son contemplativas, reflejan una sociedad que se relame en su opulencia vacía, rebosante de hipocresía, inundada de nada, microcosmos retratado por SK con cinismo y mordacidad. Arremete contra varios elementos que considera el cáncer de la Humanidad, el despotismo y los privilegios de los poderosos, la manipulación del estado, la violencia como forma de entendimiento entre las personas, las luchas de clases. Rodado con un mimo y delicadeza que abruman, habiendo tramos en que la pausa ha de cultivarse para disfrutar con la belleza exquisita que nos ofrecen. La voz del narrador en off (Michael Horden, en español José Luis López Vázquez), consigue un efecto de frialdad cuasi-etéreo, esto lo hace para que no nos impliquemos emocionalmente con ellos y podamos sentir su fatuidad, este narrador llega a adelantar acontecimientos, pero traducidas sus palabras en imágenes consigue un efecto mágico de un poderío inmenso.
‘La Suerte De Barry Lyndon’(1844) de William Makepeace Thackeray, de los escritores más reputados de la época victoriana, se inspiró en un cazafortunas irlandés, Andrew Robinson Stoney, se casó y divorció de la Condesa de Strathmore, Maria Leonor Bowes, conocida como ‘La Condesa Infeliz’. SK lo guionizó incorporando elementos que cambian y enriquecen la obra, la novela es narrada en primera persona por Barry, siendo parcial y poco fiable, en el film es un narrado en tercera persona, ajena a los hechos y objetivo, Thackeray baña el libro de un aire picaresco-cómico, Kubrick dota a su historia de un halo trágico, con un patinado bastante crítico. Añade el espléndido duelo final, no presente en el libro, siendo de este modo el argumento circular, comienza con el duelo del padre de Barry, por un duelo comienzan sus desventuras, Barry se hace especialista en duelos, y acaba en un duelo que es la catarsis final del protagonista. SK suprime una de las grandes motivaciones de Barry de la novela, con la muerte de su padre la familia perdió su fortuna y él aspira a recuperar la buena posición que tuvieron. Hay algunos cambios más, como que Kubrick acaba antes que el libro. SK divide la Obra en dos actos, en el primero somos testigos de las aventuras de Barry por Europa, caídas y subidas, el ritmo es más rápido por momentos trepidante en el segundo, no para de haber giros, se suceden escenas bélicas, huidas, hermosas partidas de póker, hasta que consigue el preciado premio de una esposa rica y de nobleza, logra el título de Lyndon, y llega el segundo acto el ritmo decae, el vacío existencial es reflejado por SK de modo descomunal, la ociosidad y la degradación moral llevan a Barry a una caída anunciada.
SK se apoya en unos magnos artistas, fue fotógrafo antes que cineasta y se nota, el fotógrafo es el gran John Alcott (tiene un cameo en la escena en que Lord Bullingdon va al Club de hombres a retar a Barry, es el hombre dormido en una silla de ruedas) que compone lienzos epicúreos encuadrados de modo cuasi-hipnótico, inspirándose en pintores del SXVIII como los galos Antoine Watteau, Jean Simeon Chardin, los ingleses Thomas Gainsborough, Joshua Reynolds, William Hogarth, George Stubbs o John Constable, crea pinturas rebosantes de detalles, te hacen no despegar la vista bajo el ‘Síndrome de Stendhall’, nos sentimos como si entráramos en la Catedral de Notre Dame, nos empequeñecemos. Sublimes en secuencias exteriores de gran beldad natural, ensalzando los paisajes, excelsos en interiores rodándose casi sin luz natural, pues aunque se diga que fue rodada sin iluminación artificial es cierto a medias, se utilizo la mínima posible, aunque la escena antológica de cientos de velas no se usó. Para alcanzar este efecto cuasi-onírico Alcott trabajó con lentes Zeiss-16 (utilizada exclusivamente en misiones lunares del Apolo) prestadas de la NASA, la apertura del diafragma era enorme, dio lugar a antológicos zooms en retroceso, recogían con delicadeza los colores de modo natural. Ayudado del gran diseño de producción de Ken Adam y la dirección artística de Roy Walker, nos paseamos palacios, castillos, jardines, barrocas salas, lagos, ríos, campos de batalla, extraordinario, sumado a uno de los trabajos de vestuario más protagonistas y sobresalientes de la Historia del Cine, el de Milena Canonero junto a Ulla-Britt Söderlund, 65 sastres estuvieron trabajando seis meses según modelos originales, a esto se le añade el magnífico maquillaje y peluquería.
Y está el soberbio repertorio de música clásica, adaptado y dirigida por Leonard Rosenman, suenan Juan Sebastian Bach, Vivaldi, Paisiello (‘El Barbero De Sevilla’), Mozart, Schubert, el ‘Piano Trio’ leit motive de Lady Lyndon,… (continua en spoiler por falta de espacio)
Seguimos a un buscavidas del SXVII, al comienzo es un inocente idealista, movido por el amor puro, pasan los años y se torna en ambicioso y codicioso, buscará hacerse sitio entre la nobleza, tendrá una odisea vital de subidas y bajadas, intentará aprovechar sus oportunidades, tendrá duelos, estará en el ejército inglés, combatirá en Europa en la Guerra de los 7 años franco-prusiana, desertará, estará en el ejército prusiano, será espía, jugador de fortuna, se casará con una viuda rica, y más, mostrándonos un mosaico de esta fútil época.
SK ofrece un MAGNO fresco de un tiempo decadente, una puesta en escena refulgente, muchas escenas son contemplativas, reflejan una sociedad que se relame en su opulencia vacía, rebosante de hipocresía, inundada de nada, microcosmos retratado por SK con cinismo y mordacidad. Arremete contra varios elementos que considera el cáncer de la Humanidad, el despotismo y los privilegios de los poderosos, la manipulación del estado, la violencia como forma de entendimiento entre las personas, las luchas de clases. Rodado con un mimo y delicadeza que abruman, habiendo tramos en que la pausa ha de cultivarse para disfrutar con la belleza exquisita que nos ofrecen. La voz del narrador en off (Michael Horden, en español José Luis López Vázquez), consigue un efecto de frialdad cuasi-etéreo, esto lo hace para que no nos impliquemos emocionalmente con ellos y podamos sentir su fatuidad, este narrador llega a adelantar acontecimientos, pero traducidas sus palabras en imágenes consigue un efecto mágico de un poderío inmenso.
‘La Suerte De Barry Lyndon’(1844) de William Makepeace Thackeray, de los escritores más reputados de la época victoriana, se inspiró en un cazafortunas irlandés, Andrew Robinson Stoney, se casó y divorció de la Condesa de Strathmore, Maria Leonor Bowes, conocida como ‘La Condesa Infeliz’. SK lo guionizó incorporando elementos que cambian y enriquecen la obra, la novela es narrada en primera persona por Barry, siendo parcial y poco fiable, en el film es un narrado en tercera persona, ajena a los hechos y objetivo, Thackeray baña el libro de un aire picaresco-cómico, Kubrick dota a su historia de un halo trágico, con un patinado bastante crítico. Añade el espléndido duelo final, no presente en el libro, siendo de este modo el argumento circular, comienza con el duelo del padre de Barry, por un duelo comienzan sus desventuras, Barry se hace especialista en duelos, y acaba en un duelo que es la catarsis final del protagonista. SK suprime una de las grandes motivaciones de Barry de la novela, con la muerte de su padre la familia perdió su fortuna y él aspira a recuperar la buena posición que tuvieron. Hay algunos cambios más, como que Kubrick acaba antes que el libro. SK divide la Obra en dos actos, en el primero somos testigos de las aventuras de Barry por Europa, caídas y subidas, el ritmo es más rápido por momentos trepidante en el segundo, no para de haber giros, se suceden escenas bélicas, huidas, hermosas partidas de póker, hasta que consigue el preciado premio de una esposa rica y de nobleza, logra el título de Lyndon, y llega el segundo acto el ritmo decae, el vacío existencial es reflejado por SK de modo descomunal, la ociosidad y la degradación moral llevan a Barry a una caída anunciada.
SK se apoya en unos magnos artistas, fue fotógrafo antes que cineasta y se nota, el fotógrafo es el gran John Alcott (tiene un cameo en la escena en que Lord Bullingdon va al Club de hombres a retar a Barry, es el hombre dormido en una silla de ruedas) que compone lienzos epicúreos encuadrados de modo cuasi-hipnótico, inspirándose en pintores del SXVIII como los galos Antoine Watteau, Jean Simeon Chardin, los ingleses Thomas Gainsborough, Joshua Reynolds, William Hogarth, George Stubbs o John Constable, crea pinturas rebosantes de detalles, te hacen no despegar la vista bajo el ‘Síndrome de Stendhall’, nos sentimos como si entráramos en la Catedral de Notre Dame, nos empequeñecemos. Sublimes en secuencias exteriores de gran beldad natural, ensalzando los paisajes, excelsos en interiores rodándose casi sin luz natural, pues aunque se diga que fue rodada sin iluminación artificial es cierto a medias, se utilizo la mínima posible, aunque la escena antológica de cientos de velas no se usó. Para alcanzar este efecto cuasi-onírico Alcott trabajó con lentes Zeiss-16 (utilizada exclusivamente en misiones lunares del Apolo) prestadas de la NASA, la apertura del diafragma era enorme, dio lugar a antológicos zooms en retroceso, recogían con delicadeza los colores de modo natural. Ayudado del gran diseño de producción de Ken Adam y la dirección artística de Roy Walker, nos paseamos palacios, castillos, jardines, barrocas salas, lagos, ríos, campos de batalla, extraordinario, sumado a uno de los trabajos de vestuario más protagonistas y sobresalientes de la Historia del Cine, el de Milena Canonero junto a Ulla-Britt Söderlund, 65 sastres estuvieron trabajando seis meses según modelos originales, a esto se le añade el magnífico maquillaje y peluquería.
Y está el soberbio repertorio de música clásica, adaptado y dirigida por Leonard Rosenman, suenan Juan Sebastian Bach, Vivaldi, Paisiello (‘El Barbero De Sevilla’), Mozart, Schubert, el ‘Piano Trio’ leit motive de Lady Lyndon,… (continua en spoiler por falta de espacio)
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
… o Häendel que con su Sarabande se erige en sello de la cinta, apoteósica durante los duelos. Añadiéndo SK música tradicional irlandesa, Piper´s Maggot o Brittish Grenadiers, Seán Ó Riada 's con Women Of Ireland cantada por los Chieftains, puesta en los momentos románticos de Barry, música colocada en el lugar indicado para provocar sensaciones, evocadora, fatalista, sugestiva, bucólica, melancólica, dramática, DESCOMUNAL, estos elementos sumados a los añadidos arriba edifican una de las más BELLAS OBRAS DE ARTE DE LA HISTORIA, no del cine, del arte en general.
Ryan O´Neal criticado por falta de expresión, es manejada por SK para emitir flema, con lo que sus arrebatos sentimentales son explosivos, su rol evoluciona de modo veraz, su candidez se rompe con los años, un trepa indolente, ejemplo es la escena en que va con Lady Lyndon en el carruaje y esta le pide que deje de fumar la pipa y él le echa el humo a la cara. También aquí evoluciona, sobre todo al tener el hijo, es capaz de transmitir amor, fragilidad, cariño, y con los trágicos acontecimientos llega el nihilismo reflejado en el modo en que está sentado en el Club. Su economía gestual es aparentemente fría pero sufre momentos de debilidad que lo humanizan, cuando se muere ante el su tío Grogan tras una batalla, o la paliza que le da a su hijastro en medio de un concierto, o con su hijo postrado en cama, estremecedor. Marisa Berenson es una una gélida Condesa, melancólica, deprimente, figura bellísima que es la viva imagen de la fatuidad de la aristocracia, SK compone para ella exultantes zooms-retroceso con su mirada hundida en la nada, colosal el de la bañera. El resto de secundarios son un sólido complemento al relato, Leon Vitali es el hijastro que odia a su padrastro, lo ve como un advenedizo sin clase, lo borda, muy bien en el duelo final. Mary Kean es la madre de Barry resulta muy sutil. David Morley es el mimado Brian, gran labor teniendo su intenso zenit en la escena en que está herido en la cama, trémulo. Patrick Magee es el tramposo jugador de fortuna, muy divertido. Arthur O´Sullivan es el asaltador capitán Feeney, deja intensa huella en su única escena, derrocha tremendo carisma y elegancia. Estupendo Godfrey Quigley como el tío de Barry que lo apoya y ayuda en el ejército. Notable Leonard Rossiter como el capitán John Quinn. Y más pero el límite de caracteres…
Spoiler:
La película termina con Lady Lyndon firmando el cheque anual a Barry, es 1789, no es casualidad, es el año de la Revolución de Francia, fin de una era, comienzo de la Edad Contemporánea.
Desde su hermoso inicio estamos ante lo excepcional, plano fijo, un duelo en que muere el padre de Barry, belleza plástica inmensa, árboles, cielo, profundidad de campo, glorioso. Grandes momentos salpicados: El primer duelo de Barry, el atraco a Barry del capitán Feeney, las batallas, humor caustico cuando Barry roba el caballo de un teniente, este se baña con su amante masculino, el tramo idílico que pasa con una granjera, esto en el primer acto, en el segundo la acción se ralentiza a favor de un retrato agrio de la nobleza, todo el tramo de la muerte de Brian, como pide a sus padres que se lleven bien y ruega a su padre le cuente una historia de la guerra, Barry mientras se la cuenta se derrumba, Brian fallece y asistimos a su funeral, las ovejas que vimos en su cumpleaños ahora tiran del carro de su ataúd, y de fondo la turbadora Sarabanda, un zas en la boca de los que tildan a SK de anular las emociones en sus cintas. Por supuesto el tremebundo duelo final. Y más y más, pero el límite…
OBRA MAESTRA majestuosa, sugestiva, sensorial, mordaz, aguda, hermosa, intensa, Clásico influyente que arremete contra las clases altas cansadas por tenerlo todo. STANLEY KUBRICK. Fuerza y honor!!!
Epílogo: < Fue durante el reinado de Jorge III que los personajes presentados vivieron y lucharon, buenos o mezquinos, hermosos o feos, ricos o pobres, ahora todos son iguales.>
Ryan O´Neal criticado por falta de expresión, es manejada por SK para emitir flema, con lo que sus arrebatos sentimentales son explosivos, su rol evoluciona de modo veraz, su candidez se rompe con los años, un trepa indolente, ejemplo es la escena en que va con Lady Lyndon en el carruaje y esta le pide que deje de fumar la pipa y él le echa el humo a la cara. También aquí evoluciona, sobre todo al tener el hijo, es capaz de transmitir amor, fragilidad, cariño, y con los trágicos acontecimientos llega el nihilismo reflejado en el modo en que está sentado en el Club. Su economía gestual es aparentemente fría pero sufre momentos de debilidad que lo humanizan, cuando se muere ante el su tío Grogan tras una batalla, o la paliza que le da a su hijastro en medio de un concierto, o con su hijo postrado en cama, estremecedor. Marisa Berenson es una una gélida Condesa, melancólica, deprimente, figura bellísima que es la viva imagen de la fatuidad de la aristocracia, SK compone para ella exultantes zooms-retroceso con su mirada hundida en la nada, colosal el de la bañera. El resto de secundarios son un sólido complemento al relato, Leon Vitali es el hijastro que odia a su padrastro, lo ve como un advenedizo sin clase, lo borda, muy bien en el duelo final. Mary Kean es la madre de Barry resulta muy sutil. David Morley es el mimado Brian, gran labor teniendo su intenso zenit en la escena en que está herido en la cama, trémulo. Patrick Magee es el tramposo jugador de fortuna, muy divertido. Arthur O´Sullivan es el asaltador capitán Feeney, deja intensa huella en su única escena, derrocha tremendo carisma y elegancia. Estupendo Godfrey Quigley como el tío de Barry que lo apoya y ayuda en el ejército. Notable Leonard Rossiter como el capitán John Quinn. Y más pero el límite de caracteres…
Spoiler:
La película termina con Lady Lyndon firmando el cheque anual a Barry, es 1789, no es casualidad, es el año de la Revolución de Francia, fin de una era, comienzo de la Edad Contemporánea.
Desde su hermoso inicio estamos ante lo excepcional, plano fijo, un duelo en que muere el padre de Barry, belleza plástica inmensa, árboles, cielo, profundidad de campo, glorioso. Grandes momentos salpicados: El primer duelo de Barry, el atraco a Barry del capitán Feeney, las batallas, humor caustico cuando Barry roba el caballo de un teniente, este se baña con su amante masculino, el tramo idílico que pasa con una granjera, esto en el primer acto, en el segundo la acción se ralentiza a favor de un retrato agrio de la nobleza, todo el tramo de la muerte de Brian, como pide a sus padres que se lleven bien y ruega a su padre le cuente una historia de la guerra, Barry mientras se la cuenta se derrumba, Brian fallece y asistimos a su funeral, las ovejas que vimos en su cumpleaños ahora tiran del carro de su ataúd, y de fondo la turbadora Sarabanda, un zas en la boca de los que tildan a SK de anular las emociones en sus cintas. Por supuesto el tremebundo duelo final. Y más y más, pero el límite…
OBRA MAESTRA majestuosa, sugestiva, sensorial, mordaz, aguda, hermosa, intensa, Clásico influyente que arremete contra las clases altas cansadas por tenerlo todo. STANLEY KUBRICK. Fuerza y honor!!!
Epílogo: < Fue durante el reinado de Jorge III que los personajes presentados vivieron y lucharon, buenos o mezquinos, hermosos o feos, ricos o pobres, ahora todos son iguales.>