129/09(12/06/12) Esta es una serie que te entra poco apoco pero que cuando te llega te agarra para no soltarte, bebe del clásico humor judío por el que tanto ha hecho Woody Allen, el humor sutil e ingenioso está siempre presente, los actores bordan sus papeles de neuróticos, los secundarios están espléndidos. El escenario es Nueva York y más concretamente Brooklyn, el protagonista es Jonathan Ames (gran Jason Schzwartzman, el nombre es un guiño del creador de la serie pues es su nombre), es un escritor que está en crisis, su novia lo ha dejado por beber demasiado vino blanco, además está bloqueado para escribir su segundo libro, decide anunciarse en internet como detective sin licencia para encontrar ideas, tiene dos grandes amigos, uno es su jefe, George (gran Ted Danson), un adinerado ególatra porrero, el otro es Ray (buen Zach Galifianakis), un dibujante de comics underground con problemas para mantener una relación, los casos le van sucediendo, desde los más triviales, encontrar un monopatín, hasta otros más complicados, como robar el archivo secreto de un club sadomasoquista, mientras los tres amigos van entrecruzando sus aventuras de modo divertido. Posee una puesta en escena muy elegante, desde sus divertidos títulos de crédito, pasando por el cuarto protagonista que es Nueva York, llegando a un estilo donde la aparente trivialidad de historias esconde un estudio existencial sobre el sentido de la vida, nunca estamos contentos con lo que tenemos. Los relatos rezuman ironía, son parodias-homenajes divertidas del cine negro, Ames pretende parecerse a Bogart y por supuesto cae en el más entrañable patetismo, los clichés y estereotipos afines al género son triturados de forma sutil, Ames cae en multitud de problemas, de los que con la ayuda de sus amigos saldrá más o menos, y es que los secundarios tienen tanta importancia y peso como el protagonista, son personajes muy bien descritos, tipos tridimensionales con los que empatizas rápidamente. Una puesta en escena muy cuidada y sofisticada sirve de escenario para la notable ironía y cinismo que rezuma cada episodio, la frescura y la chispa están siempre presentes con episodios hilarantes, con unos guiones ingeniosos hilados de modo muy divertido, donde el humor negro, el humor sexual y el humor blanco se conjugan de modo maravilloso, dejándonos escenas y situaciones brillantes, lo políticamente incorrecto es nota común, no esperes una serie metralleta de encadenados de chistes donde de fondo de escuchan las insoportables risas enlatadas, esta es una obra mesurada, donde las risas brotaran de modo natural y donde lo que primará es la sensación de placidez y de buen rollo que desprende, siendo un canto a la amistad y donde fondo radiografiara la complicada naturaleza humana frente al amor. (Continua en spoiler sin spoilers)