El gran Clint, que venía de firmar títulos remarcables como “Sin perdón”, “Los puentes de Madison” y “Poder absoluto”, se encargó de la adaptación de la novela “True Crime” de Andrew Klavan, donde curiosamente el personaje protagonista compartía algunos de los rasgos que a partir de esta película iban a ser una constante en su estupenda filmografía: el hombre veterano, muy bueno en su oficio, no tan bueno en sus relaciones familiares, que se enfrenta a los retos con su integridad y creencias por delante (como en “Million Dollar Baby”-donde el guion tampoco era suyo-, “Gran Torino” o “Mula”).

Esta cinta, interesante y emotiva, no fue un gran éxito en taquilla ni figura entre las más renombradas de su prolífico autor, pero es una de mis favoritas. Me encanta la mirada y el cariño del director hacia la historia, y la precisión del guion, que mantiene al espectador en tensión y muy cercano al sentir de los personajes.