El cine es lo que tiene; para unos esa es su magia y para otros, su mayor osadía. The lovely bones, no es apta para todos los gustos, ni si quiera para todos los estómagos.

A unos les parecerá excesivamente almibarada, demasiado onírica, con un abuso del color pastel en un intento de parodia del famoso anuncio de "¿ a qué huelen las nubes?.

A otros ese mismo almibar les resultará tremendamente evocador y provocador de sensaciones escondidas en lo más recóndito de nuestro ser. Imágenes de ensueño con un sentido global tan potente, que su metraje lejos de ser excesivo se torna absolutamente imprescidible.

Realmente "The lovely bones" no es lo uno ni lo otro, es una película con una gran carga retrospectiva, con un intenso sentido de la realidad, con uno de los mejores retratos del "malo" que se recuerda en los últimos años... pero no llega a convencer al 100%.

Los motivos, personalmente, los achaco a un uso desmesurado de determinadas escenas, necesarias para el funcionamiento de la cinta, pero excesivas en su metraje.

"The lovely bones", es una apuesta arriesgada, con varios momentos que te quitan la respiración y con una más que acertada protagonista en sus filas, pero le fala intensidad y le sobra algo de rosa.

No te arrepentirás si vas a verla... pero no esperes una obra de arte... no lo es.