Aunque la serie no me convenció desde el principio por sus múltiples incoherencias respecto a algo que considero tan básico como es la construcción de los personajes, al menos la primera temporada mostraba a personajes que mantenían cierta coherencia en sus motivaciones y actuaciones. Sin embargo, en la segunda todo va a peor -no se si es que cambian de showrunner o qué-, pero de repente todo parecía aún más culebrón, solo que bastante barato y vacío protagonizado por personajes planos que a veces toman decisiones viscerales.

La primera temporada termina con Chon pidiéndole ayuda a la hermana para acabar con Nemo y ¿en qué queda esa trama? También se vislumbra algún tipo de chantaje entre Daniel (Patrick Criado) y Nina, y no se vuelve a sacar el tema.
Por otra parte, el papel de Lara es de lo peorcito que se ha escrito para televisión. De ser alguien con ciertos principios, objetivos en la vida, etc. se convierte en un cero a la izquierda que depende de los hombres de alrededor, que no se plantea nada en la vida, que se deja pisotear, y que se enamora de un psicópata. Porque no olvidemos que Mario (Álex González) es guapísimo, pero es una mierda de ser humano, y después de las barbaridades que hizo toda redención es poca.
Por no hablar de lo ridícula que muestran a la policía que no da ni una una, pero que llega la pequeña detective Lara y averigua lo que se proponga. Sin olvidar el tema de la cárcel, esa parte sí que se lleva la palma como historia de ciencia ficción.
Y mejor paro, que no merece la pena pensar más en esta serie que estoy deseando olvidar.