Escrita, casi a modo de autobiografía, y dirigida por Lee Isaac Chung, y protagonizada por Steven Yeun, Han Ye-ri, Alan Kim, Noel Kate Cho y Youn Yuh-jung.

La historia de un grupo familiar pequeño tradicional, compuesto por un perseverante padre, una protectora madre y dos adorables hijos, especialmente el nene, quienes se mudan, con la compañía de una atípica abuela, a una zona rural en Arkansas, Estados Unidos, con el fin, incitado por el primero, de cultivar semillas y mejorar su calidad de vida.

Es una muy linda película, un destacable trabajo de Chung. Primero que todo, por la bestial fotografía, hermosa, con un despliegue visual repleto de espacios naturales que deslumbra, y la lleva a un punto realista muy cercano a la vida real, con una alta calidad de cámara. Luego, por las grandes actuaciones que la completan, más precisamente la del tierno y genial Alan Kim, el hijo, y la entrañable y de divertida personalidad abuela (Youn Yuh-jung), que estimo que son las dos mejores interpretaciones. Steven Yeun se luce, en gran medida, pero no considero que haya sido impresionante. Aunque de igual modo, está muy bien en su rol como todos los demás.

Otro punto favorable es su bella banda de sonido, sutil, fresca, nostálgica, que acerca reminiscencias sobre acontecimientos o momentos pasados de nuestras propias vidas, como creo que todo el tiempo ocurre con el filme, pero es impulsado notablemente por su precisa musicalización. El espléndido diseño de producción, bonitamente decorada la vivienda de la familia, como el vestuario hacen un estupendo trabajo del cual se agradece su prolijidad y estética. El guión, con una trama sencilla y directa al grano, es sólido y nunca tambalea. En lo que a mí respecta, me llevó a mi infancia (situaciones como la relación abuela-nieto, o padre-hijo) y logró erizarme la piel cuando recordaba momentos de mi vida que eran muy similares a los ocurridos aquí. No es una obra magistral, pero con su simpleza consigue colocarse como una gran historia, donde prevalece la unión de la familia, y el indispensable amor que eso conlleva.

Calificación: 7