No hay mucho que decir del trabajo de James Mangold, pues no tiene nada en él reseñable. Estamos ante un film que trata de ser un thriller, pues no lo consigue a través de un grupo de policías corrupto con las manos sucias, donde el sheriff de dicha localidad hace la vista gorda a todos sus chanchullos.

La idea no era en absoluto mala, daba para un muy buen material, pero da la sensación de que el proyecto no terminó en buenas manos. He visto algo del trabajo de Mangold, lo suficiente para considerarle un buen autor en su trabajo, por lo que se me hace todavía más inexplicable que él estuviera a cargo de su poco nutrido guión. Lo primero que llama la atención del film es su destacado y más que atractivo reparto, pero por desgracia, y salvo alguna excepción como el personaje de Ray Liotta, el resto está totalmente desaprovechado. No se aprecia el talento mastodóntico de Robert De Niro, el cual aparece poco inspirado. Harvey Keitel partía con una gran ventaja, pues su personaje es sin ninguna duda el más interesante. Pero aún así, el actor no consigue resaltar, todo es de muy poco nivel y talento en el film. Cabe destacar la aparición de bastantes segundarios interpretados por segundarios de lujo, pero la impresión no deja de ser la misma. Otro punto a ser destacado, es el relativo trabajo interpretativo de Silvester Stallone. Muchos afirman que aquí se sostiene con gran fuerza y desenvoltura. Sin embargo, Stallone no tiene madera de actor. Hecho plausible en todas sus apariciones, cuyo entendimiento de policía reprimido es el de agachar en todo momento la cabeza y poner cara de pena. Y es que hay veces que su interpretación no puede llegar a ser más absurda.

Su guión tampoco ayuda. Su planteamiento no tiene ni pies ni cabeza. No únicamente no está bien hilvanado sino que carece de sentido por completo, su historia es del todo incoherente, tratando temas de casos cerrados y abiertos por la ley. No tiene ningún sentido, está repleto de incoherencias que en ningún momento llegan a ser explicadas o mínimamente entendidas.

Lo único positivo que se puede sacar es que entretiene, pero nada más. Uno acaba con la misma sensación de incluso antes de haberla vista. Resulta demasiado convencional y previsible, con actuaciones que dejan mucho que desear y totalmente ausente de giros argumentales. “Cop Land” es un film que se deja ver, pero carece de sentido verlo.