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Spain Spain · Shangri-La
Angie Banshee rating:
6
Thriller. Drama Two cars collide on the FDR expressway. Their drivers--two seemingly opposite men--are Gavin Banek (Ben Affleck), a young white partner in a powerful law firm, and Doyle Gipson (Samuel L. Jackson), a meek working class black man. At the scene of this fender bender Gavin, who is busy trying to make a business appointment on his cell phone, offers Doyle a blank check to cover damages. Doyle, wanting to properly exchange information, ... [+]
Language of the review:
  • es
August 22, 2013
8 of 9 users found this review helpful
Oye, pues no está nada mal. Esperaba algo peor de esta cinta, la verdad, y es que, para empezar, el título ya me tiraba para atrás, pero en fin, es que para estos menesteres de la traducción ya se sabe que somos únicos (en el peor de los sentidos), y ejemplos no faltan.

La trama se centra en la cuestión de la ira, en cómo nos ciega, nos transforma y saca lo peor de nosotros mismos. Todo el mal que desatamos desde el estado iracundo no es sino una defensa frente a la inseguridad que nos genera el sentirnos amenazados y atacados. Actuamos igual que cualquier animal, enseñando los dientes y lanzando el mordisco, pues animales somos, y por mucho raciocinio que albergue nuestra prodigiosa cabecita, ahí está el sistema límbico para disparar la señal de alerta y dejar a la altura del betún unos pocos millones de años en pos de la hominización. Por todo esto, no he podido evitar acordarme de “Un día de furia”, sólo que aquí la cosa va a dúo.

Puede que la película incurra en la exageración pero, en general, el desarrollo de los acontecimientos está bastante bien llevado y, para lo que podía haber sido, la cosa no se sale de madre en exceso. Otro punto a su favor es el poseer un buen ritmo. Los protagonistas, por su parte, cumplen con creces, sin excluir a Affleck, que será todo lo mal actor que sea, pero al César lo que es del César, aquí se lo curra bastante bien.

Y como trasfondo del tema principal, laten otras cuestiones no menos importantes como la mezquindad que, en la mayoría de los casos, conlleva el poder (la parte que atañe a Affleck y su entorno), así como la desorientación de algunas personas a las que todo les sale mal y, si no es así, ya se encargan ellas de estropearlo involuntariamente (la parte de Jackson). Mención especial al papel de la esposa de Doyle (Jackson), una voz surgida desde la estabilidad, la coherencia y la lucidez.
Angie Banshee
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