Average rating
5.7
Ratings
302
Reviews
11
Lists
0
Movie recommendations
- Ratings by category
- Contact
-
Share his/her profile
czarhuskqi rating:
7
Language of the review:
- es
January 21, 2012
2 of 2 users found this review helpful
La situación de Alejandro Tazo en el país del norte se agrava no solo por sus limitaciones idiomáticas, las que por su condición de extranjero serían hasta cierto punto disculpables, sino además porque el tipo parece medio paleto y algo cabeza hueca: carece de la exuberancia de temas y maneras que lo conectarían culturalmente con la gente de Nashville.
Alejandro al principio se nos presente como un emigrante buscavidas, un sencillo viajero chileno en busca del sueño americano que todos hemos oído hablar; pero conforme la historia de su viaje se devela, a través de conversaciones sorprendentemente naturales (con actores que nunca nos recuerdan que están actuando), aprendemos que es alguien que, por circunstancias bastante humanas, siente que su travesía por el extranjero le debe un sentido a su vida. Es un hombre que no quiere volver a casa con el rabo entre las piernas.
No son solo los migrantes sudamericanos los que podrían simpatizar con la lucha de Alejandro por encontrar un nicho social que lo acepte en un país ajeno. El personaje evoca la alienación que podría experimentar un desadaptado social en virtud de alguna condición cargante en su personalidad o por otras circunstancias particulares. Es difícil no sentir una impaciencia sutil y compasiva ante los intentos de Alejandro por sacar a relucir lo mejor de su persona -desde su atractivo físico hasta lo poco que sabe de música campesina-, ante las risas apenadas del público de la sala, pero quizás con la esperanza y la satisfacción de ver retribuídos sus acercamientos poco elocuentes con la gente gringa. Los ineptos sociales podemos sentirnos inspirados.
Alejandro al principio se nos presente como un emigrante buscavidas, un sencillo viajero chileno en busca del sueño americano que todos hemos oído hablar; pero conforme la historia de su viaje se devela, a través de conversaciones sorprendentemente naturales (con actores que nunca nos recuerdan que están actuando), aprendemos que es alguien que, por circunstancias bastante humanas, siente que su travesía por el extranjero le debe un sentido a su vida. Es un hombre que no quiere volver a casa con el rabo entre las piernas.
No son solo los migrantes sudamericanos los que podrían simpatizar con la lucha de Alejandro por encontrar un nicho social que lo acepte en un país ajeno. El personaje evoca la alienación que podría experimentar un desadaptado social en virtud de alguna condición cargante en su personalidad o por otras circunstancias particulares. Es difícil no sentir una impaciencia sutil y compasiva ante los intentos de Alejandro por sacar a relucir lo mejor de su persona -desde su atractivo físico hasta lo poco que sabe de música campesina-, ante las risas apenadas del público de la sala, pero quizás con la esperanza y la satisfacción de ver retribuídos sus acercamientos poco elocuentes con la gente gringa. Los ineptos sociales podemos sentirnos inspirados.