Asghar Farhadi vuelve con Jan película enternecedora pero muy dura, realmente difícil y dura. En primer lugar podemos apreciar a la perfección el modo de vida de un país en desarrollo, pobre y tocado por la guerra, aunque ésta no aparezca ni se nombre en ningún momento. Nos encontramos con Emad, profesor de un instituto por las mañanas y actor de teatro por la noche junto a su mujer Rana, una obra de la que se enorgullecen presentar. Está muy lograda esa atmósfera de culpabilidad y de miedo, esa atmósfera que Emad tratar de deshacerse durante toda la película, para que todo vuelva a ser como antes, aunque su mujer se vea demasiado afectada, y eso nos hace ver todo lo que hay detrás en cuanto a su magnífico guión y diálogo, sin duda creo yo que es el aspecto donde Farhadi más destaca.

Por otro lado, la película se hace corta, porque te mantiene en vilo durante todo su metraje debido a la intriga que se genera en la primera parte de la película.

Es una gran oportunidad para quien quiera aprender que los problemas que ocurren en nuestro país ocurren igual o peor en otros lugares, y que por fortuna aquí estamos casi a salvo. Aunque el tema a tratar en la película no sea la supervivencia, si que se trabaja el tema del acoso, violación y demás, obviamente hacia la mujer, porque parece ser que es el objetivo favorito de la historia, haciéndola débil ante el hombre, cuando sabemos todos que eso no es cierto. De todas formas esta no es una película que reivindique los derechos de la mujer, sino que simplemente cuenta la historia de un matrimonio feliz que debido a una situación dramática ya no es el mismo que antes. Problemas reales, que pasan, y no solo allí en Irán, aquí también. Sí, podemos tener miedo, pero ellos también.