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Sao Tome and Principe Sao Tome and Principe · São Tomé
Alexei rating:
6
Romance. Comedy. Fantasy With force to spend her days to align sardines in cans, Pott ends up cutting his index, which he see disappearing with horror in one of the boxes intended for the supermarkets of the city. But in a marked Bangkok by the nonsense of an exaggerated capitalism, nothing can prevent himself from finding his finger. Even if it means to cross the road of Jinn, a charming dream girl plunged in a book which she does not manage to decipher.
Language of the review:
  • es
August 16, 2007
4 of 4 users found this review helpful
El cine tailandés está en boga últimamente. Hace apenas unos años estaba prácticamente muerto. Ahora, con directores como Ratanaruang Pen-Ek, Wisit Sasanatieng y Apichatpong Weerasethakul dicha cinematografía se está abriendo un hueco dentro de los prestigiosos festivales de cine internacionales.
Esta película demuestra tener un presupuesto bastante elevado, pero al servicio de una historia que quiere llegar a ser minimalista pero que se queda solamente en estúpida.
Citizen Dog, una suerte de Amélie tailandesa, no es apta para diabéticos, debido a lo excesivamente edulcorado de su propuesta.
Ciertamente peca de excesos: exceso de azúcar, exceso de tontería y exceso de inocencia; con una gama de personajes a cuál más irritante, una melodía reiterativa hasta el hartazgo y una historia que definitivamente no absorbe ni atrapa, donde la cansina voz en off (el director Pen-Ek) y el surrealismo fácil e infantil juegan un punto en contra.
Ahora hablemos de lo bueno, de por qué justifico ese 6: la estética. Nuevamente la estética vuelve a salvar un film (como ya ocurría con A Bittersweet Life). Pop y kitsch como ninguna, la estética aquí destila originalidad e ingenio.
La puesta en escena es también brillante, rica en variedad de planos y con un planteamiento que demuestra talento, visión y dominio.
Es una lástima que lo que en un principio se nos muestra muy interesante se derrumbe estrepitosamente en un ir y venir de tonterías ñoñas que no le hacen ningún favor a la película ni a su director; y que hacen que uno pierda el interés.
En resumen, el cine tailandés tiene un gran futuro, se abre paso con golpes de genio y con, sobretodo, originalidad y exotismo, que es lo que siempre prima.
Alexei
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