Crank: Veneno en la sangre básicamente es una película de acción desenfrenada, de situaciones poco creíbles dada su naturaleza surrealista, pero que hará las delicias del espectador más exigente en cuanto a este género de cine se refiere. Jason Statham lo borda a lo largo del filme comportándose como un puto majara en las escenas de acción, y tampoco lo hace mal en algunas de humor que también tiene. Esto es lo que ofrece este producto, un entretenimiento divertido en el que Jason Statham hace el cafre de manera espectacular, y por poco probable que parezca, cada situación rocambolesca que vemos va superando a la anterior, como si estuvieramos en el circo asistiendo continuamente al más difícil todavía. El guión es de chiste, no hay quien se lo crea, vamos. Y el resto de personajes son totalmente anecdóticos, pues sobre el "esquizofrénico" recae todo el peso de la trama. Para el que no la haya visto y se pregunte cómo es posible que la película merezca la pena verla con estas premisas, decirle que todo ello lo suple, y de que manera, dos cosas: Jason Statham y la adrenalina pura de su trepidante acción. Vaya, es que no para en toda la película, como se te olvide el tabaco en la cocina, te quederás sin fumar durante todo el filme, ya que estarás clavado al sillón, flipándolo, durante los 87 minutos que dura la película.