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Spain Spain · Barcelona
SinCerebro rating:
1
Comedy. Drama In his early 50s and divorced, Rémy is in the hospital. His ex-wife pleads with their son Sébastien, a very successful businessman in London, England, to come home. Sébastien hesitates — he and his father haven’t had much to say to each other for a very long time — but ends up agreeing to return, along with his French wife, to help his mother out. As soon as he arrives, Sébastien does everything in his power to get a clear diagnosis of ... [+]
Language of the review:
  • es
September 1, 2021
1 of 2 users found this review helpful
Entiendo porque esta película tiene relevancia, y no es por un buen motivo.

Su trama se apoya sobre las opciones que tiene un 1% de estadounidenses, en contraste con las condiciones tan precarias de un sistema de salud que -reconociendo mi ignorancia sobre Canadá- no se daría ni en el 1% de barrios más pobres de España. Por supuesto quien procura tales privilegios en la película queda casi como un héroe.

Compara los "privilegios" que deberían ser normales para todo el mundo -pero que solo son accesibles si eres muy rico en Estados Unidos-, con un sistema de salud, policíaco y político tan precario como corrupto como el pudiera tener cualquier país colonizado en las peores regiones del mundo, que aun no ha sido capaz de ser independiente. Sólo con tremendo sesgo consigue argumentar que el sistema privado estadounidense -que ni siquiera adorándolo consigue esconder que sólo es accesible para una minoría- gana por goleada.

No contento con eso, aprovecha para ridiculizar cualquier pensamiento izquierdista por su falta de una corriente de pensamiento única, universal, indiscutible, e imperecedera. Lo desprecia por su versatilidad y su capacidad de adaptación a nuevas visiones. No digo que estos atributos sean fantásticos pero, para no extenderme, sin duda pueden ser algo más que ridículos, y no se molesta ni siquiera en insinuarlo.

En definitiva, propaganda yankie contínua, transversal e inacabable; disfrazada con pedantería (de la cual me confieso adorador culpable, pero ni aún así consigue convencerme) para poder optar a premios de renombre del país referencia en premios cinematográficos.

Espero que al menos tal odio a cualquier visión no-individualista le pagara su jubilación, o al menos su repatriación. Si ni siquiera eso consiguió, ya puede reventar de vergüenza.
SinCerebro
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