Apasionante composición a dos bandas llena de momentos tensos, duros y absorbentes, en que se recurre a la fantasía como única puerta de escape de un mundo cruel asolado por una sangrienta contienda.

Guillermo del Toro pone su cámara al servicio de una historia sin caer en lo que suelen casi todos y es dejarse llevar por la truculencia, dosifica los efectos visuales con cuidado y nunca deja que se le vaya ninguno de los argumentos paralelos, que además adorna con algunos guiños cinéfilos y al mundo de los cuentos.

La producción es impecable, una fotografía y música hermosas, grandes actuaciones con un Sergi López diabólicamente magistral y el descubrimiento de una niña, cuya conducta nos hace recordar aquel espíritu que una vez estuvo en una colmena, eso sí, todo más profusamente descrito aunque menos profundamente utilizado.