The Event, serie encuadrada dentro del género Scifi, se vendió desde un principio de forma maravillosa, con un primer episodio bastante impactante y lleno de dudas para el espectador, y aunque en cierta forma mucho de lo que sucedería en los próximos episodios estaba cantado, si has visto alguna serie del género, ver algo fuera de lo habitual (médicos y policía científica) alegra el corazón de cualquier amante del género.

Pero como todo no iban a ser alegrías, la serie empezó a hacer agua por varios motivos, el más importante a resaltar es el guión, y es que se perdió el rumbo, perdió la linealidad temporal, la capacidad de sorprender y por supuesto la capacidad de interesar al espectador, provocando apatía y abandono, por lo que la trama se desfiguró, intentando reinventarse a sí misma, sin rumbo fijo en varios episodios, pero sin éxito, dejándonos al final una serie de clase B, estéril en muchos aspectos y por supuesto con una única temporada, y gracias.

Aparte del problema de la trama, otros dos puntos en contra, son por un lado las actuaciones, lamentables, absurdas, llegando en ciertos momentos a ser infantiles, y es que la sobreactuación trae consigo que el espectador pierda el interés y aquí lo consiguieron a base de bien, con tanto lío, solo consiguieron que los actores no encontraran, ni el registro, ni su lugar, algo grave en toda serie que aspire a perdurar. El otro punto a tener en cuenta es la acción, y es que el 95% de las escenas de acción, tienen fallos monumentales, ya sean de tipo de situación, del tipo de originalidad, o simplemente de lógica, que hacen que a uno le den ganas de apagar el televisor.

Por todo esto comentado anteriormente y por muchas más cosas, la serie hizo aguas, y aunque intentaron mantener The Event a flote, fue imposible, ya que los espectadores ya tenían la idea clara de que esto iba a hundirse.

Por cierto, para los que si la vieron hasta el final, como en mi caso, el final, “El Evento”, era el más lógico y se presuponía muchos capítulos antes el acontecimiento, por desgracia, ni en eso consiguieron sorprender.