Una película técnicamente correcta, pero carente de espíritu y por lo tanto solo es un fantasma más que se paseará por las carteleras las próximas semanas, sin dejar ni huellas ni recuerdos en los telespectadores.

La película va sobre un par de guerreros durante la Guerra Santa, que cansados de la carnicería que viven constantemente, desertan del ejercito, y en su huida a casa, se topan con una extraña ciudad, de la cual tendrán que custodiar a una bruja, que supuestamente ha esparcido entre sus ciudadanos la peste, a un convento para ser juzgada.

Un guión sencillo, entretenido y ameno, para hacer pasar el espectador una buena tarde, con alguna que otra sorpresa, pero nada para rememorar.

Efectos, maquillaje, escenarios y todo el resto, correctos, sin nada que objetar, no son grandiosos, se nota el empeño de hacer algo digno.

Actuaciones, pues sin nada del otro mundo, si acaso ver a un devaluado Cage realizando papeles que no van con él, ni con su personalidad o con lo que nos tenía acostumbrados y es que desde que se le empezó a caer el pelo su carrera fue cabeza abajo y desde que empezó a injertarse nuevos mechones, sigue sin levantarla. ¡Una pena!

Lo dicho, nada que sobresalga, pero tampoco incorrecciones, se ve, se pasa un rato ameno y a olvidar.