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Spain Spain · Madrid
Pedro rating:
7
Drama Corporate salesman Steve Butler (Matt Damon) arrives in a rural town with his sales partner, Sue Thomason (Frances McDormand). With the town having been hit hard by the economic decline of recent years, the two outsiders see the local citizens as likely to accept their company's offer, for drilling rights to their properties, as much-needed relief. What seems like an easy job for the duo becomes complicated by the objection of a ... [+]
Language of the review:
  • es
April 16, 2013
5 of 8 users found this review helpful
Probablemente ésta se trate de una de las fotográficamente más cuidadas películas de Gus Van Sant, que convierte en efectivos y expresivos planos absolutamente cotidianos de calles, casas, gentes y verdes campos; componiendo encuadres aparentemente simples pero medidos. En alguna ocasión llega incluso acelerando o ralentizando la proyección a incluir breves secuencias que nos hablan del transcurrir del tiempo, como las sugerentes imágenes de la ciudad mientras las nubes pasan veloces. Pasan como pasan los personajes por una pequeña localidad rural de Pensilvania donde la propuesta de una compañía de gas que pretende ser la salvación en tiempos de crisis se convierte en el hilo del que tirando se desmadeja el desarrollo de personajes y las relaciones entre ellos.

Un argumento sencillo, sin alardes ni estruendos, que quizás recuerda algo que ya nos han contado en otras ocasiones, pero que aun así no está exento de sorpresa hacia el final. Puede que dicha conclusión se antoje demasiado idílica tal vez, sobre todo dados los tiempos que corren en un mundo donde poco respeta el capital, pero no hay que olvidarse que la película nos sumerge al fin y al cabo en esa "tierra prometida" que nos anuncia el propio título.

Todo el reparto se muestra en general bastante natural en sus interpretaciones, y Matt Damon obsequia con una caracterización tan poco habitual en él como bien interiorizada, dando con credibilidad la evolución del personaje arrastrado por los acontecimientos que ocupan unos pocos días en su vida de frío ejecutivo ya casi cuarentón.

Alguna vez, quizás, cuando menos lo esperas, cuando ya ni siquiera te lo planteas, tropiezas con ese lugar que puede dar al traste con tus convicciones, con tu forma de pensar, con ese lugar donde están las personas que también te enseñan que a veces merece la pena cambiar.

Diferente, sin los acordes mágicos de Mark Knopfler ni las auroras boreales; la música, el cielo y el argumento de "Promised Land" siento que en cierto modo trasladan a esa otra historia de un héroe local de hace más de tres décadas: "The way it always starts. It gets so dark before the dawn".
Pedro
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