Una película de acción de aquellas salvajes, sin mucho sentido (tampoco le parece importar), y que tiene sus mejores bazas en la carismática interpretación de Bruce Willis (que es ya un indispensable en este tipo de papeles) y en que la película tiene algunos toques de humor que hacen que no se convierta en ningún intento serio de film de acción (o eso espero).

La mejor película de Tony (de las que he visto así me lo parece), es una reinterpretación de manera paródica de los clichés del cine negro y policiaco. Así tenemos a las típicas figuras: el policía frustrado y casi acabado que tendrá que redimirse con un último acto, malo de manual, el compañero. La trama tampoco difiere a muchas otras películas del género, policía que estuvo en la élite y ahora ya no, la relación entre marido y mujer etc... Pero es la manera absurda, delirante y permítanme la expresión: descacharrante (me encanta esta palabra) la que enorgullece la película.
El lenguaje utilizado y el humor que destila, en algunos momentos puntuales es de vergüenza ajena (paridas típicas de los estados unidos aparte), hacen que el film sea muy controvertido. De igual manera la banalizada violencia a la que tanto nos tiene acostumados estos productos.

Scott sabe que no está filmando una obra maestra y intenta ofrecer lo mejor y único que sabe hacer (acción desenfrenada, adiós reflexión), pero no engaña a nadie y la historia no es lo suficientemente estúpida como para no aceptarla. Tampoco intenta innovar como en Domino, aquí hay una narrativa mucho más convencional. Las escenas de acción están notablemente filmadas y demuestra una garra y pulso que hace mantener la intriga hasta el final. La factura es buena. Vamos, que recoge las mejores características del cine de Tony y en menor medida las peores.

Realmente, los mil gags forman junto a la violenta acción el hilo conductor de la película. Esto
la convierte en una película fácilmente criticable, por eso lo mejor es abstenerse de buscar una trama sólida o coherente, aquí lo único importante son los dos protagonistas y lo que ocurre. El conjunto global le importa poco al film, sólo se preocupa por el momento, por este motivo se hace disfrutable y entretenida durante la proyección pero decepcionante al finalizar.

Y como no, el mejor de la película es Willis y sus frases, que con esta y otras películas lo han llevado a convertirse en el héroe de acción del cine norteamericano por excelencia, de los otros actores no hace falta decir nada porque tampoco importan mucho.
Es un film para pasar el rato sin buscarle el mayor sentido.