Antes de comenzar mi crítica, voy a hacer dos puntualizaciones que merecen la pena. La primera es a ver si de una vez por todas la gente se centra en valorar lo que acaba de ver y no en lo que está inspirado. La peli es mala porque es una pésima adaptación. ¡¡¡Tonterías!!!! Si la peli es buena, ¿qué importa si la adaptación no está a la altura? Es como yo invitar a una amiga a comer spaguettis y después de verla ponerse tres platos, me dice que no están buenos porque no los hago como su madre. Y la segunda...no he leído la novela, con lo cual no tengo con que comparar.

A mi me ha llenado todo. La historia ambientada en ese Chile en pleno conflicto político. Esos personajes tan variados, cada cual con su propia historia dentro de la misma. El maquillaje, el vestuario, la fotografía. La representación de la forma de vivir de la época. Es completísima. Pero vayamos por partes. Todo comienza con Esteban Trueba (Jeremy Irons) el cual viene de una familia pobre, con lo cual, de otro status. Y se enamora de alguien de mayor prestigio y nivel en la sociedad. Sus futuros suegros no tienen en cuenta para nada el amor entre la pareja, solo buscan dinero y un porvenir seguro. Veremos como este hombre se lo labra él solito a base de trabajo, trabajo y más trabajo. Es increíble la primera escena de desolación en Las Tres Marías y como en poco tiempo sus terrenos no tienen fin. Por el camino después de una desgracia en la familia, acaba casándose con la hermana menor, Clara. La representación perfecta del amor, la bondad y la ternura. Su interpretación es magnífica, pero entre ella y Irons solo hay un año de diferencia en la vida real, y en la película tendrían que ser más de diez. A medida que crece su poder y su familia, este hombre se vuelve más severo, más rudo y más violento, tanto con sus trabajadores como con su familiares. En especial con su hermana Férula, una mujer con tendencias lesbianas pero con una triste vida por la enfermedad de su madre. Entre tanto su hija se enamora de un revolucionario hijo de un trabajador suyo, y entre ellos surge un odio mortal. Uno está luchando por mejorar las condiciones de los trabajadores y el otro porque el gobierno no pase a manos de estos idealistas. Antonio Banderas está sublime a pesar de su corto, pero intenso papel. Un poco mayor para el personaje, pero muy bien. Y por último la Ryder está colosal, con un trabajo más amplio donde poder lucirse. Quizás en la caracterización lo más flojo es el personaje de Vicent Gallo, ya que es el mismo con una Blanca niña, que años después con una Blanca adulta. Dicen que muchos aprenden con los años y eso es precisamente la transformación que veremos en el personaje de Trueba. Cuando se da cuenta al ver un país patas arribas, que todos aquellos que le estrechaban la mano, ahora le vuelven la espalda. Y que por encima de todo, siempre prevalece el amor y las personas queridas.