Luego de dirigir dos películas de la saga ‘Saw’, además del film de horror ‘Jezabel’, la cuarta película de Krevin Greutert es una película que el terror lo tiene solamente en su fallido título latinoamericano: ‘Yo vi al diablo’.

Una mujer ha sobrevivido a un accidente de auto donde un bebé ha muerto, un año después vemos a ésta misma mujer que está embarazada y junto a su marido se han ido a vivir a un viñedo en la montaña, con la intención de trabajar en él.

Luego de un tiempo, la mujer empieza a observar cosas raras que suceden dentro de su propiedad, que parecen estar relacionadas con hechos sucedidos en el mismo sitio algunos años atrás.

La película de Greutert juega al horror desde su planteamiento pero caprichosamente decide correrse del género, quedando todo en un mero suspenso mal manejado y con una historia en la que todo lo que habíamos visto, no había sucedido todo como tal.

El poco rigor argumental no permite nunca acercar al espectador a sentir esa sensación de tensión que el personaje principal parece vivir, y todo lo poco conseguido hasta ese momento se desmorona a consecuencia de un giro en la historia por demás fuera de lugar y que anula toda sensación de terror.

En nada ayuda que figuras como Jim Parsons o Eva Longoria, en papeles ínfimos, aparezcan en una película por demás olvidable.


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