Reconozco que el documental no es mi género favorito; prefiero la ficción por la capacidad que tiene de recrear la realidad, inventarla o reinventarla para así entender mejor nuestro presente o nuestro pasado. Aclarado esto, me tengo que quitar el sombrero ante este documental del noruego Bendjelloul. La historia que cuenta llama mucho la atención: un muy famoso cantautor norteamericano en la Sudáfrica de la lucha anti-apartheid que desconoció su fama, y los derechos económicos que eso conllevaba, pero que era un auténtico desconocido en su país natal, donde sobrevivía por la fuerza de su trabajo. Y si me quito el sombrero es por la forma en que está contando.

Aprovechando material ya grabado, recreando otros momentos, usando la animación, haciendo entrevistas en tiempo actual etc…. el director consigue recrear de una forma creíble y creciente una historia que parecería increíble para cualquiera. Y no solo eso, además, consigue hacernos reflexionar sobre lo que significa el éxito y el fracaso y la delgada línea que los separa; y lo hace gracias en buena medida a la gran calidad humana que tenía y tiene Sixto Rodríguez, o sencillamente Rodríguez, tal y como era su nombre artístico. No sería justo acabar sin mencionar también la alta calidad de las canciones de su muy corta discografía, con alto sabor a música Folk; algunas tienen poco que envidiar a otras de otro cantautor con nombre de poeta inglés, muy prolífico y que corrió mucha mejor suerte, quizás ayudado por ese sabor glamoroso que dan los nombre británicos, vete tú a saber.