Ya está dicho todo. Sólo me queda dar mi opinión: me pareció el cuento de amor de siempre contado como nunca, y en esto incluyo un matiz positivo y otro negativo. Su parte romántica y poética me pareció preciosa (las imágenes aquí valen más que las palabras, que sólo se utilizan para las aclaraciones imprescindibles), pero también es cierto que, hacia el final, se olvida toda conexión con el mundo real. Dependiendo de cómo te tomes esto, la soportarás o no. Como soy un romántico, la "soporté" muy bien, pero me hubiera gustado más que se siguiera la línea de la primera parte.

Realmente es una de las películas asiáticas de la nueva oleada que más me han impresionado, que tampoco es decir mucho.