Admito que este monstruo venido del Japón, más dragón que otra cosa, da más risa que miedo, sobre todo si nos acordamos de sus chocantes apariciones en "Dr. Slump" (1981). Aún así se las arregla Roland Emmerich para ofrecernos un entretenimiento familiar que no es moco de pavo. Ahí donde la ven, con todas las críticas que se ha llevado, fue la tercera película más taquillera a nivel mundial de 1998. No obstante, la historia no deja de ser bastante simple, cosa inevitable si nos atenemos a que en realidad "Godzilla" es un remake de la nipona "Gojira" del año 1954. Hay poco que ofrecer salvo un derroche de efectos visuales, carreras de un lado al otro y el monstruo haciendo destrozos.

También es cierto que para lo que es el guión, 138 minutos es demasiado, y que incluso a veces no se opta por la mejor solución para salir nuestros héroes del atolladero, pero al menos los últimos 45 minutos son muy animados. Sin embargo, es el tono de "Gozilla" el que falla, quedándose en simple aventurilla. Puede morir gente, pero uno no tiene la angustia del cine de terror o el thriller mejor conseguido. Mientras tanto la similitudes con los clásicos es constante. Empieza pareciendo "King Kong" (1933) y luego "Alien" (1979) "Aliens" (1986), "Gremlins 2" (1990) o "Jurassick Park (1993). Hay incluso un momento en un ascensor que es igualito, pero muy inferior, a el de "Aliens". Comparadlo.