Una de las ultimísimas de Steven Seagal, como que es de finales del 2018, y en la que se reserva el papel principal sin disimulos, no como en otras de los últimos años donde realiza poco más que cameos. Además es el guionista. Dicho esto y con todas las limitaciones de este actor, me parece que lo he visto más en forma que en otros trabajos, de tal forma que no canta demasiado como maestro de Kung Fu la mar de espiritual. Por supuesto, hay peleas con un montaje endiablado para no distinguir nada, cámaras que lo graban de espaldas para que no veamos a su doble y muchas manos agitándose en el vacío que simulan ser golpes lanzados y/o bloqueados.

Dicho esto, la película no es muy mala, dentro de la línea por su temática y filosofía de las de Seagal. Se pasan casi una hora de presentación, con varias escenas gratuitas de relleno para demostrar las increíbles cualidades humanas, intelectuales y éticas de nuestro héroe, en el que por momentos parece que toda la trama es sólo un pretexto para hacerle la pelota, para mostrarnos la vida y milagros de Nuestro Señor Seagal, para el final meter una parte de acción es más o menos solvente. No llega a aburrir pero tampoco convence, por ejemplo, el rollo de la maldición, las visiones durmiendo de esta hada madrina y la chica con poderes son demasiado impostados.