Average rating
4.3
Ratings
4,426
Reviews
4,424
Lists
113
Movie recommendations
- Ratings by category
- Contact
-
Share his/her profile
Reaccionario rating:
2
Language of the review:
- es
May 10, 2014
3 of 8 users found this review helpful
Este cruce entre las sagas de James Bond y Jason Bourne tiene el gravísimo inconveniente de contar con una protagonista femenina, encima de nula capacidad interpretativa si bien dotada para la lucha. Gina Carano es una joven tirando a mona que ha llegado a participar en ocho combates de artes marciales mixtas de los que ha ganado siete, además de aparecer en American Gladiators. El caso es que no es culpa suya que Steven Soderbergh la haga aparecer, primero de tía dura marimacho, y segundo, pegándoles de leches a unos tipos que supuestamente están tan preparados como ella. La verdad es que cada vez sale una escena de acción la película pierde un punto, bueno, medio porque si no, alcanzaríamos una nota negativa.
Propongo que, si alguien se cree que una fémina por muy preparada que esté puede medirse físicamente a un varón, que a partir de ahora las mujeres compitan en igualdad con los hombres en los campeonatos de boxeo, karate, judo, lucha grecorromana o muy thai. Si fueran como Mallory Kane (Gina Carano, pobre) les ganarían y así no harían ridículos tan espantosos, como ese del que no se recuperaron las tenistas hermanas Williams cuando quisieron derrotar a un supuesto manta, Karsten Braasch, que luego las vapuleó estrepitosamente. Y pensar que podría haber estado bien si, además de trabajarse la trama muchísimo más, hubieran sustituido la fuerza bruta por el ingenio, la intuición, la seducción y otras armas en las que ellas nos superan.
Propongo que, si alguien se cree que una fémina por muy preparada que esté puede medirse físicamente a un varón, que a partir de ahora las mujeres compitan en igualdad con los hombres en los campeonatos de boxeo, karate, judo, lucha grecorromana o muy thai. Si fueran como Mallory Kane (Gina Carano, pobre) les ganarían y así no harían ridículos tan espantosos, como ese del que no se recuperaron las tenistas hermanas Williams cuando quisieron derrotar a un supuesto manta, Karsten Braasch, que luego las vapuleó estrepitosamente. Y pensar que podría haber estado bien si, además de trabajarse la trama muchísimo más, hubieran sustituido la fuerza bruta por el ingenio, la intuición, la seducción y otras armas en las que ellas nos superan.