Pudiese parecer esta propuesta de Donald Cammell algo morboso que estaría más adecuado para una película de cine porno donde una inteligencia artificial traviesa hiciese estragos. No obstante, esta película debe ser tomada en serio; porque realmente esta historia es sobre el peligro de fabricar una inteligencia artificial demasiado perfecta.

Esta 'Engendro mecánico' es una proposición que no solo debe ser tomada con seriedad, sino que es una propuesta capaz de mantenerse sin apenas problemas gracias, por un lado, a una Julie Christie (la cual, parece que para una actriz de su categoría esta película la viene pequeña) que realiza un trabajo sólido como mujer objeto de experimento por parte de la inteligencia artificial llamada Proteus. Más allá de ser una típica mujer víctima de un psicópata, esta también contiene matices como es el razonamiento con Proteo de la locura de su proyecto.

Por otro lado, la cinta de Cammell es capaz de hacer pensar en los peligros de la tecnología sumamente avanzada. Aunque la apariencia de Proteus esté limitada por los efectos especiales de la época, la idea es obvia. Puede que no suceda jamás, pero el peligro de la creación de una tecnología tan avanzada que decida que la especie humana se ha quedado obsoleta está ahí, y este filme pone la semilla (badumtss) de la idea de manera bastante ingeniosa, con similitudes (a propósito o no) a una cinta como '2001: Una odisea del espacio', de Stanley Kubrick. Esa reflexión y los tramos alucinógenos son otras razones del porqué la película no pasa desapercibida.

¿Es el mejor largometraje sobre inteligencias artificiales rebeldes? Ni de coña. Si tuviese que reflexionarlo, posiblemente ni estaría en un top 10. Sin embargo, el intento no cae en balde. Muy pocas veces se atreve a salirse de lo normal, aunque las virtudes que posee son evidentes y son suficientes para que el visionado sea más que satisfactorio.