'El ente' no data como una de las mejores cintas de terror de la historia, ni siquiera de su década siendo superada por filmes como 'Poltergeist: fenómenos extraños'; 'La cosa (el enigma de otro mundo')' (ambas de su mismo año) o 'El resplandor'. No obstante, si bien creo que no es tan recordada por méritos propios, es una obra a tener en cuenta.

Más allá de los efectos visuales y especiales que también son por encima de la media, especialmente en el tramo final, el punto más positivo es Barbara Hershey como Carla Moran (seudónimo de Doris Bither) cuyo registro abarcan desde la mujer asustada y paranoica hasta la valentía. Sabe hacerse sin mucha dificultad con el peso del largometraje y que los premios de interpretación ni la mencionasen no me parecen signo de nada, puesto que su trabajo sigue siendo estupendo.

No obstante, durante buena parte del metraje las escenas de diálogo van ralentizando el ritmo narrativo y haciendo más lento de lo deseable la historia de Carla. Si bien no creo que haya diálogos vacíos, creo que ir al grano y ser más directo en el libreto habría ayudado.

Los efectos especiales también son para remarcar; también en este terreno ha sido superado por otros filmes y, aún así, casi cuarenta años después del estreno me han parecido bastante decentes. No son efectos complicados, pero podrían no haber pasado la prueba del tiempo, y lo ha hecho. Hershey y los efectos son los pilares de esta película.

En mi experiencia como cinéfilo, 'El ente' quedará como no de las grandes cintas de terror que haya visto; aunque sí que el visionado no ha sido una pérdida de tiempo, más sabiendo que se trata de un caso real bastante interesante cuya casa se encuentra en el 11547 de Braddock Drive en Culver City (California).