"Al final del túnel" parece no justificar su gran crítica en su primera hora, la cual transcurre con pulso pero sin sobresalir en general. No obstante, como en algunas de las mejores películas (y sobre todo en el cine de antes) eso es un calentamiento que sirve de desarrollo de personajes y construcción de las bases del suspense para llegar a su segunda mitad. Y como los mejores magos, lo mejor se deja para el final.
El guión es bueno, al igual que su ritmo, yendo de menos a mucho más, entregando unos personajes potencialmente tópicos (sobre todo el de Clara Lago, con un baile al principio que podría sobrar en mi opinión) para desarrollar una historia absorbente en ellos y conducirlos por la historia con gran tino y conseguida tensión.
La dirección de Rodrigo Grande consigue una claustrofobia notable. La factura técnica es muy buena y su banda sonora acompaña genial a la trama.
Las interpretaciones cumplen de sobras. Sbaraglia está monumental, así como Echarri y su genial villano memorable. El resto de secundarios se hallan a un nivel notable.
Enganchando al espectador en su arranque, consiguiendo encandilar en su nudo y entregar una recta final de nervio puro, "Al final del túnel" es un entretenimiento triunfal modélico y de calidad.