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Spain Spain · Barcelona
K rating:
8
Drama In a working-class suburb of Athens, two illegitimate children, Voula, aged 11 and her brother Alexander, aged 5, dream each night that they will join their father in Germany. The father, in reality, does not exist and has been invented by their mother to keep them quiet. One day, Voula and Alexander decide to run away from home and go to Germany in search of their father. They go to the railway station where they board a train for ... [+]
Language of the review:
  • es
February 6, 2007
10 of 10 users found this review helpful
Angelopoulos es de los denominados cineastas contemplativos (creo que se les llama así). Claramente influenciado por Tarkovski, sus películas, de tempo lento, van transcurriendo, delante de nosotros, fluidamente y sin prisas. Este "Paisaje en la niebla" es, sin duda, uno de los paradigmas de su obra. Narra el viaje de dos niños, a través de una desolada Grecia, en busca de su supuesto padre que, creen, vive en Alemania. Ni que decir que este viaje derivará en uno interior, en el que irán viendo y aprendiendo sobre la vida, en concreto la griega, pero, extensiblemente, sobre la vida en general.

Para ver el film hemos de firmar una especie de pacto no escrito en el que nos dejamos llevar por sus imágenes, sus secuencias, entrando en su juego. Porque puede resultar difícil para muchos espectadores no alterarse ante algunas secuencias y acciones cuya verosimilitud es, cuanto menos, cuestionable. Nos pueden asaltar muchas preguntas en su visionado del tipo ¿Cómo pasean tan impunemente esos críos sin que nadie les diga nada? o no tomar como creíbles muchas de las reacciones (o no-reacciones) de algunos personajes. Más aún cuando Angelopoulos, se podría decir, prioriza la estética de su película por encima de cualquier otra cosa. Todos los personajes y situaciones son esclavos de esa estética, de ese paisaje del título. Algo que, como ya se ha dicho, forma parte de un juego, en el que hay que entrar para disfrutar la película. A mí, personalmente, no me ha costado, es más, lo he encontrado una experiencia bastante gratificante. Es indudable que T. A es un muy buen director, sus grandes planos generales, largos, con fenómenos atmosféricos incluidos, varios personajes interactuando y que, en su mayor parte, ocupan toda la secuencia, no son solo un mérito técnico, sino expresivo. Entran de lleno con le fondo de la película. Esos paisajes desolados con esa gente desolada, esa bruma, esa lluvia, esos tonos grisáceos, esa fluidez, esa vida... forman parte de un todo cuyo tono puede llegar a ser cautivador, si te dejas…
K
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