Descafeinada nueva revisión del mito del hombre-lobo. Estamos ante una insulsa versión lenta y decepcionante. En primer lugar los efectos especiales de la transformación resultan bastante mediocres teniendo en cuenta que su responsable es el oscarizado y veterano Rick Baker. Su brillante trabajo en la transformación de hombre a lobo en Un hombre lobo americano en Londres aún no ha sido superada. Cada día se esfuerza menos en currarse la transformación como pudimos comprobar en Lobo. La historia no aporta nada nuevo, ni siquiera en la forma de contarla que resulta lineal y plana. El romance de sus protagonistas no engancha y las escenas de acción en las que el lobo ataca están filmadas con muy poca imaginación limitándose a lo de siempre, apariciones repentinas acompañadas de un sonido ensordecedor con el que se pretende asustar al personal. Anthony Hopkins sigue encasillado en el rol de Hannibal Lecter y Hugo Weaving interpreta su papel como si fuera el Sr. Smith de Matrix. Lo que sí destacaría es el trabajo de Benicio del Toro y la ambientación de la película.