Lo que más aprecio de Cat people es su originalidad argumental. Hasta el final no desvela el secreto de su argumento, mientras tanto se dedica a mantenernos en vilo y a inquietarnos sobre la posibilidad de que la historia de la protagonista sea cierta. Lo malo es que si has visto antes el remake de Paul Schrader ya sabes de qué va el asunto y el efecto sorpresa del clímax final se diluye.

Hay similitudes entre la original y el remake, la escena de la piscina por ejemplo, o aquellas que transcurren en el zoo. Sin embargo la versión de Jacques Tourneur te deja con ganas de más. Es demasiado corta. La de Schrader es más gráfica y trata más abiertamente la trama incluyendo dosis de violencia y sexo que en la de Tourneur solo se sugieren, así como todo lo relativo a la relación incestuosa de los hermanos pantera. A pesar de todo hay que reconocerle a Tourneur el mérito de que la suya fue la primera, la iniciadora, la original.