Mediocre cinta de acción a la que ni siquiera el buen hacer de su protagonista salva de la quema. El detective Matt Scuder deberá resolver los crueles asesinatos de unas jóvenes a manos de un par de psicópatas. La historia prima la acción sobre la trama. Neeson da el pego como ex-policía alcohólico reconvertido en investigador, y es que desde que que protagonizó la exitosa Venganza, parece haberse transformado en una especie de héroe de acción tardío que con sesenta añazos sigue repartiendo hostias como panes de manera muy convincente. Él es lo único que merece la pena de la película. No me convencen ni los malos, a los que les falta un mayor desarrollo como personajes, ni el detestable chaval negro que le acompaña.