Jennifer López es la principal atracción de esta comedia con algo de acción y melodrama dirigida por Jason Moore. Una pareja ve interrumpido su casamiento en una isla del Pacífico por una banda de piratas.

Por Nicolás Bianchi

Shotgun Wedding es una propuesta de entretenimiento muy liviano producida por Amazon Prime Video para su servicio de streaming. Los típicos pasos de comedia que se dan en una boda a la que llegan distintos miembros de las familias de la pareja dan paso rápidamente a la acción cuando la escena se ve invadida por un grupo de piratas que busca dinero.

Para ese momento, Tom (Josh Duhamel) y Darcy (Jennifer López) ya habían discutido, por lo que la boda corría también peligro por otros motivos. Es que la llegada a la isla de Sean (Lenny Kravitz, un poco duro en esta cuestión de actuar), ex pareja de Darcy, había generado un ataque de celos en Tom, lo que a su vez dio pie a una discusión en la que el compromiso quedó, al menos, en pausa.

Pero al mismo tiempo, la discusión aleja a los dos protagonistas del resto del grupo de familiares e invitados, por lo que se encuentran con la posibilidad de intentar repeler a los piratas. En Shotgun Wedding la comedia es más bien una elección de tono, ya que prácticamente no hay gags, mucho menos alguno que resulte memorable. Entonces comienza una aventura en la que la pareja, con algo de coraje y una mezcla de suerte y torpeza, logra deshacerse de alguno de los delincuentes.

El resultado no es desastroso ni imposible de ver pero sí muy chato. El guión es sumamente perezoso para desarrollar historias secundarias, aunque cuenta con buenos personajes para hacerlo. En este sentido, las suegras Carol (Jennifer Coolidge, haciendo de sí misma como en The White Lotus) y Renata (Sonia Braga) están desperdiciadas. La historia solo las usa para lanzar pequeños bocadillos que no suponen un aporte importante.

A su vez, Robert (Cheech Marín), padre de Darcy, solo está allí porque es el que tiene el dinero que los piratas codician. En la película hay también un pequeño romance entre los concuñados Jamie (Callie Hernández) y Ricky (Desmin Borges) pero, nuevamente, este es un hilo narrativo que se presenta pero que no se desarrolla ni conduce a ningún lado.