La verdad es que una película musical a ritmo, sobre todo, de los éxitos pop de las ultimas décadas y que se desarrolla a principios del siglo XX en la Francia bohemia, es para asustar a cualquiera con un mínimo de gusto. Sin embargo, eso, la parte musical, es lo que hace medianamente digerible esta película gracias al magnifico trabajo de un señor llamado Craig Armstrong que logró transformar con sus arreglos casi todas las canciones en temas de puro musical dándoles una dimensión distinta (además de haber compuesto el mismo una canción original muy destacable, la de los enamorados, para la película). Así pues, las escenas musicales de la película, por momentos demasiado videocliperas, todo hay que decirlo, ayudan a soportar un argumento típico y sin mucho sentido con situaciones estúpidas y con unos personajes que no son mas que caricaturas histrionicas, por momentos grotescas, que no pueden llegar a interesar en ningún momento. La película pretende ser dramática en su parte final pero, por lo que comentaba antes, es muy difícil que pueda llegar a emocionar. Así, por ejemplo...(en spoiler)
Afortunadamente, como las canciones y números musicales son bastante abundantes, los indigestos argumento y personajes se hacen bastante llevaderos y la película se puede ver sin esfuerzo.