Escójase como ingredientes: mucha testosterona, sangre, mutilaciones, tías buenas, viejas glorias, machetes y cualquier utensilio capaz de disparar o de llevarse carne por delante.
Échele cara dura.
Sazónelo con pinceladas de vacilón y tomadura de pelo.
Añádale el caldo al que la han puesto los críticos.
Luego, cocínelo todo a fuego rápido
y ......, finalmente, obtendrá usted......¡MACHETE!

Pd: Si la receta le parece algo cutre no se preocupe, está hecha adrede.