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Spain Spain · Abroad (de momento)
Shinboneniná rating:
7
Sci-Fi. Action. Horror Ray Ferrier (Tom Cruise) is a divorced dockworker and less-than-perfect father. Soon after his ex-wife (Miranda Otto) and her new husband drop off his teenage son Robbie (Justin Chatwin) and young daughter Rachel (Dakota Fanning) for a rare weekend visit, a strange and powerful lightning storm touches down. Moments later, at an intersection near his house, Ray witnesses an extraordinary event that will change all their lives forever.
Language of the review:
  • es
August 4, 2009
15 of 18 users found this review helpful
Uno de los principales inconvenientes de la mayoría de películas apocalípticas es que no suelen lograr la sensación de hecatombe, esa casi absoluta certeza de que el planeta azul, que aquí se torna rojo por momentos, se va al garete. No es el caso. La primera media hora es brutal. Y la hora que le sigue, aunque baja un poco, porque nadie es capaz de imprimir tal grado de tensión durante noventa minutos, ni espectador que lo aguante, sigue siendo espectacular.

Esa fotografía cuidada al milímetro, que crea una atmósfera a medio camino entre la alucinación y la pesadilla, ese magistral empleo de la banda sonora, no sólo de la música sino sobre todo de los efectos de sonido, que a mi entender son el elemento que más desasosiego produce, son dignos de resaltar. Hasta Cruise lo borda. Vale, aguantar los gritos de Dakotita pueden ponerle a uno de los nervios. Pero se está acabando el mundo, joder. ¿A quién no le saca de quicio una niña a 120 decibelios? El personaje de Robbins me deja un poco descolocado, pero jamás se ha visto Apocalipsis sin profeta loco de por medio. Y también llama la atención alguna que otra carencia tecnológica de los intraterrestres. Aunque si nos ponemos a pensar… nosotros llegamos a la Luna hace cuarenta años y detonamos el primer ingenio nuclear hace 64 y todavía no hemos descubierto un remedio eficaz contra la gripe, ni la A ni la Z. Los efectos especiales también son de primera, al igual que la dirección de Spielberg.

¿Qué falla, entonces? Pues unos cinco minutos finales que, más allá de ser blandos y complacientes resultan babosos y cabreantes. Este es uno de los mejores ejemplos de cómo una película magnífica puede echarse a perder por una pésima clausura. Con todo, tiene momentos impresionantes.
Shinboneniná
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