... y bien doblada, maldita sea. Pero, bueno, me lo tengo merecido. ¿Quién me mandaba, si no, prestarme a ver la peli de Emmerich a sabiendas que era un bodriete de los que hacen época? Porque sí, habéis leído bien. Mi propósito inicial era relajar neuronas con la de Emmerich pero, por lo visto, mi infame tentativa fue objeto de la ira divina o algo así porque en lugar de “2012” me tocó lidiar con algo mucho peor: “2012 Doomsday”. Un deleznable remake de otro bodriete con título similar (“Doomsday: el día del juicio”, de Neil Marshall) perpetrado por Asylum, una productora especializada en truños como el que hoy nos ocupa.

Hecho este inciso, no quisiera abusar mucho más de vuestro tiempo y paciencia y solo diré que esta mierda es una de las peores pelis que he visto en mi vida y que si podéis evitaros el maltrato contemplativo e intelectual que supone visionar interpretaciones lamentables, decorados de cartón-piedra, efectos especiales para parvulitos y discursillo religioso vergonzante incluido, lo hagáis.

A mi me la metieron doblada, sí, pero la gran mayoría de vosotros aún estáis a tiempo de poner vuestro culo a buen recaudo. Avisados quedáis.